“Antes de que el polvo se asentara” por Dr. Carlos H. García Lithgow

Me hago eco de este email que me llego al correo, digno de ser difundido.

Un capcioso parte del periódico español ABC que ignominiosamente acusa a nuestro país de cerrar la frontera a los hermanos damnificados haitianos, ha desembalsado mi copa y he decidido verter mi indignación a través de la telaraña mundial (WWW).

Aunque el momento no es el más idóneo, creo que algún hijo de Quisqueya tiene el deber de responder a los Christopher Hartley, Solange Pie y Pedro Ruquoy del mundo.
¿Cómo es posible que este instante  apocalíptico se aproveche para descrédito de nuestro país por algunas personas que viven del pago de interesadas ONGS?

En el momento que esto escribo, Sábado 16 de enero de 2010,  2:00 PM (hora de República Dominicana) no conozco una persona, un barrio (rico o pobre), un hospital o clínica privada, canal de televisión o programa radial de nuestro país que no esté volcado en la recolección de ayuda para Haití; se organizan puestos de acopio de medicinas, vacunas (se acabaron las de tétanos que teníamos) comida, sangre etc.

Esta febricitante actividad ha sido puesta en marcha desde el mismo instante en que a nosotros también se nos movió la tierra y aún no se había levantado la alerta de tsunami para nuestras costas.
Antes de que el polvo se asentara el fatídico martes 12 de enero, eran Dominicanos los que estaban llevando ayuda y tratando de salvar vidas entre los escombros de Puerto Príncipe; fueron cámaras dominicanas las que generaron las primeras imágenes del ” fin del mundo Haitiano”, eran los morenitos dominicanos junto a los sobrevivientes haitianos que con picos, palas, patas de cabra, manos, uñas y dientes, rescataban a quien podían y observaban cómo las televisoras extranjeras desplegaban toda su tecnología millonaria para transmitir “LIVE” las infernales imágenes. Pero  ni agua ni comida que supiera a super potencia.

Precisamente hoy transmitían la alegre noticia de que una niña de un año y medio fue sacada de los escombros por un flaco joven de un barrio de Quisqueya que arrastró su vida por un pequeño hueco y media hora más tarde emergía con la criatura  viva.

Ya para la madrugada siguiente al terremoto se habían trasladado diez cocinas móviles en las que se sirven 100 mil raciones diarias. También vimos como soldados cascos azules repartían unos “moros con pollo” que salían de unos camiones amarillos con letreros  que ponían: “Gobierno Dominicano Comedores Económicos”. Y es que hasta nuestro gobierno, tradicionalmente desorganizado e indolente, ha mostrado una efectividad y solidaridad desconocidas incluso para nosotros mismos.

El presidente de la República, Secretario de Salud, Obras Públicas, Fuerzas Armadas… se encontraban allí antes de que el polvo se asentara. Además de aportar la cifra equivalente a 15 millones de Dólares, honrando la característica forma de vida dominicana de solidaria repartición de la pobreza.

Los hospitales de todas las ciudades están colapsados, pues a nadie se le ha negado la asistencia. Todos nuestros puertos y terminales aéreas están habilitadas para que la ayuda entre a través de nuestro país.
Tal ha sido la demostración de este pueblo que el embajador haitiano en Santo Domingo al empezar a agradecer a los dominicanos por su solidaridad no pudo contener as lágrimas y tuvo que ausentarse.

De repente Haití existe para la comunidad internacional, tenían que morirse por cientos de miles para que les hicieran caso; pero nosotros lo sabemos desde hace muchas décadas, porque sufrimos su desgracia que no es de este presente de “flat panel” en la sala de nuestra casa, porque hemos absorbido el 10% de su población con las manos extendidas en nuestras esquinas, campos y camas de hospitales, porque cavan zanjas en nuestras avenidas y se caen de andamios de nuestros rascacielos en construcción, porque  estamos aquí y nos duele.

Pero esto no es de noticiarios y días de emergencia, esta tragedia tiene siglos y solo nosotros los habitantes de la Hispaniola lo hemos sabido desde siempre. Haití se escribe con H  de horror, históricamente Haití siempre ha desubicado a América, históricamente huele a abandono y muerte.

Todavía me pregunto por qué la naturaleza liberó sus trágicas ondas  y concentro su vaho de muerte durante un minuto y  en veinticinco kilómetros cuadrados de ira como para descamarse a Puerto Príncipe de su epidermis; probablemente nunca tendré repuesta.

Exhorto a todos los dominicanos que tengan vídeos que evidencien la ayuda y solidaridad de nuestro pueblo que los envíen a Youtube, que las imágenes asesinen a los escritos arteros en contra de nuestra nación.

Por último seriamente propongo que  los habitantes de Hispaniola por su ejemplo de convivencia sean nominados para el premio Nobel de la paz.

Dr. Carlos H. García Lithgow

Update
Este es el articulo causante de esta respuesta : Dominicana cierra su frontera por temor a una oleada de haitianos fuente abc.es

Respuesta del Gobierno Dominicano : Aclaración de la Embajada de la República Dominicana Hemos leído sorprendidos una publicación aparecida en este diario fuente abc.es

Nota : Fíjense en el cuidado que da el Diario a su portal que en la publicación de la respuesta del Gobierno después del final [donde dice “Licencia para copiar”] se mezcla con otro articulo para nada relacionado. Con eso solo me queda imaginar el interés que tienen en difundir esta respuesta.

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